La visión periférica aumenta el campo visual de las personas y depende directamente de la disposición de los conos y bastones en la retina. Consiste en la habilidad de captar, reconocer y responder rápidamente a la información o movimiento del campo visual alrededor del objeto sobre el que se fija la atención. Además es importante para el equilibrio, la orientación y la seguridad en el movimiento. Os ofrecemos unos ejercicios para poder ejercitarla que vendrán muy bien a los deportistas y a profesionales que ejercitan la visión:
- Realizar movimientos oculares en semicírculo a ambos lados y circulares completos.
- Mirar un punto en la pared a unos 45° de altura. Sin dejar de fijar los ojos en ese punto, arrojar bolas de papel hacia un cesto de papeles. Mover el cesto colocándolo a diferentes distancias y alturas.
- Dibujar con lápiz un punto en el centro de la hoja de un libro y fijar la mirada en él. Tratar de identificar a su alrededor la mayor cantidad de palabras posibles.
- Sentarse frente al televisor y al extender un brazo, colocar un dedo a la altura de los ojos. Fijar la mirada en el dedo siendo consciente todo el tiempo de lo que ocurre la TV.
- Mirar a un punto fijo y mover la cabeza mientras se sigue mirando al punto definido.
- Mirar un punto fijo en la pared. Colocar diapositivas a ambos lados del punto. Describir las diapositivas sin cambiar la dirección de la mirada.
- Lanzar un juego de llaves de una mano hacia la otra mirando siempre un punto fijo colocado en la pared. Ir separando cada vez más las manos y aumentando la distancia.
Con ayuda:
- Estando los dos con el mismo pie a la pata coja y encarados uno mueve la mano hacia diferentes direcciones y el otro tiene que seguir el movimiento de la mano sin mirarla, teniendo la vista puesta en un punto fijo, por ejemplo el pecho de su compañero.
- Adivinar el número de dedos de la mano del compañero: uno se pone mirando a un punto fijo mientras el otro se sitúa en algún costado del compañero y va poniendo números con los dedos de la mano a la altura de los ojos pero a una distancia a la que le cueste adivinar el número real. No pasa nada si uno se equivoca.
- Con una pelota de pequeña y con números escritos en ella. Los compañeros se van pasando la pelota y tienen que ir diciendo el número que han visto al acercarse a ellos antes de cogerla, sin importar realmente si es cierto o no pero obligando a que presten atención.
A qué esperas, memoriza estas actividades y ponte a entrenar ya tu visión periférica. ')}